CONOCIMIENTO Y ADAPTACIÓN A LA INDUSTRIA 4.0

Recordando un poco, en 1994 cuando inicié mis estudios de Ingeniería de Sistemas, he percibido desde esa época la evolución que ha tenido la tecnología y en especial el mundo de las redes de información. Área del conocimiento que me inquietaba y que, con la visión del Prof. Ph.D. César Darío Guerrero, creímos que era pertinente seleccionar para nuestro proyecto de grado y así, comenzamos a realizar los primeros acercamientos hacia un área en ebullición como es el de las redes neuronales y su predicción, importante avance hacia la Inteligencia Artificial.

El mundo ha tenido una revolución tecnológica acelerada durante los últimos 40 años y las organizaciones replantean y rompen los paradigmas existentes para crear diversos modelos de negocios, que brindan nuevos productos y servicios, que son comercializados cada vez más a través medios digitales, llevándonos a una transformación que encuentra en la tecnología una gran oportunidad para aquellas personas que emprenden y asimilan nuevos procesos de desarrollo económico.

Es natural, que la reinvención de los mercados y por supuesto las dinámicas productivas estén rompiendo las barreras de los modelos económicos tradicionales y se lancen como una tendencia mundial a una adaptación y a nuevos retos que en prospectiva están emergiendo. Un ejemplo, es el que estamos viviendo en tiempos en los que nos exigen alinearnos con la Industria 4.0 o dicho de otras formas: la Revolución Digital, la Economía del Conocimiento o la Economía del Siglo XXI.

Para ello, requerimos de infraestructura digital, consolidada con un equilibro en lo denominado ecosistema digital, que incluye con algunos ejemplos, primero la infraestructura: tecnología para la interconectividad y dispositivos móviles; segundo los servicios: Internet y masificación de equipos; tercero las aplicaciones: apps y teletrabajo; y cuarto los usuarios: talento humano y cultura digital. Todo esto es y será necesario si queremos salir de los caminos de herradura para transitar por autopistas digitales con conexiones que permitan alcanzar el desarrollo de la Industria 4.0 en nuestro país.

En la era de esta “cuarta revolución” es importante destacar todas las expectativas y cambios que se han producido en diferentes sectores como la agricultura, el transporte, la energía, la manufactura, entre otros, que requieren de organizaciones sostenibles y competitivas y que estas cuenten con talento humano proactivo y productivo con cualidades como ser líder e innovador y habilidades para anticiparse al cambio y estar preparado a buscar y encontrar soluciones con ayuda de las TIC. Conocedores de estas nuevas competencias, nuestra Institución se esfuerza cada día en avanzar en la transformación digital que es la base principal para evolucionar. Por esa razón, es necesario prepararnos cada vez más en Ciencias, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas – CTIAM o en inglés STEAM, con el objetivo de resolver problemas reales que hoy involucran al mundo, conscientes en el mismo nivel de la importancia y pertinencia de las tecnologías emergentes: bio, nano, tecno y cogno.

La trasformación desde la agricultura a la Sociedad Industrial o Industria 1.0, luego el paso a la Industria 2.0 hasta llegar a la Industria 3.0, fueron etapas que marcaron diferencias en el desarrollo económico de los países del mundo.

La preparación para la transición de la Industria 3.0 a la 4.0, es una realidad y algunos elementos están siendo parte de esa transición, como son el Internet de las Cosas (IoT) y las tecnologías que permite la comunicación entre máquinas (M2M). Luego de esto, se espera que un trillón de sensores se utilice para beneficio de la humanidad en 2025, y las ciudades inteligentes avanzarán a gran velocidad y se extenderán por todo el mundo. Es en este momento, cuando recuerdo mis estudios en el año 2000, cuando temas como automatización industrial, redes industriales y sistemas flexibles de manufactura, apenas eran objeto de estudio y hoy gracias al concepto de “autonomía” están impactando al mundo.

 De esta manera, y con los estudios de “autonomía”, logré a principios de ese año 2010 consolidar mi tesis de doctorado con lo que hasta ese momento parecía un asunto de ciencia ficción, “la revolución hacia los vehículos autónomos”, que se diferencian de los automáticos porque en los primeros se incorporan conocimientos de tecnologías como inteligencia artificial, analítica de datos, machine learning, robótica, entre otros campos científicos, que hoy son una realidad y hacen parte de nuestra vida diaria.

La digitalización de la industria avanza de manera constante, la academia, los gobiernos y el sector productivo, se están reinventando con la finalidad de alcanzar esta revolución en todos sus procesos y nuestros estudiantes deben adquirir nuevas competencias especializadas, por eso es fundamental que comprendan las operaciones automatizadas, incluyendo nuevas formas de relacionarse con las máquinas, es decir, entender su funcionamiento para la ejecución de tareas cada vez más optimizadas y asistidas por máquinas autónomas.

 Para ello, entre los nuevos conocimientos que deberá adquirir el estudiante están las habilidades multidisciplinares y destrezas en autoaprendizaje, sin importar si la educación es presencial, virtual o híbrida; es la tecnología la que impactará en su mundo liberal, no laboral y lo preparará en competencias para que en próximas generaciones se transforme la educación tradicional y se avance hacia una educación innovadora y para ello, debemos buscar historias de éxito que inspiren a los futuros profesionales.

La tecnología va a estar en todas las industrias existentes. Deben nuestros estudiantes conocer su responsabilidad en la dirección de los próximos años orientada hacia el emprendimiento, a la creación de ideas negocios, startups, scaleups, y así producir una dinámica que hoy es necesaria para asumir los nuevos retos frente a crisis como la que vive el país. Es por eso, que les corresponde crear empresas que generen valor agregado a las industrias del futuro para su dinamismo.

Hoy el emprendimiento es un motor para el crecimiento económico. Los jóvenes deben consolidar la innovación abierta, sólida y con transformación digital para el desarrollo de productos y servicios, es necesario que analicen los negocios innovadores que han servido de inspiración a las nuevas generaciones. “Rodéate de gente talentosa”, decía Steve Jobs, y a los seres humanos nos gusta asociarnos y que nos asocien con personas exitosas y así debemos prepararnos a los nuevos retos económicos e industriales del mundo.

Con afecto,

Prof. Dr. Sc. Omar Lengerke Pérez