EL DEPORTE UTEÍSTA

Los hermanos cristianos de la comunidad lasallista Luciano Andrés y Gilberto Fabián, todo se imaginaron menos que las Facultades Intermedias del Tecnológico Santandereano, fundadas en marzo de 1963, se convertirían en las Unidades Tecnológicas de Santander y 59 años después en una potencia deportiva.

De esta institución educativa y del Instituto Técnico Superior Dámaso Zapata, luego Instituto Tecnológico Santandereano, salieron grandes jugadores y técnicos de fútbol y baloncesto para el profesionalismo, nombres como Hermán ‘Cuca’ Aceros, Alberto ‘Coco’ Forero, Gilberto ‘Burro’ Centeno y Armando ‘Piripi’ Osma, actual entrenador del Atlético Bucaramanga. Tanto del colegio como de las facultades brotaban silvestres los deportistas y recibían todo el apoyo de los hermanos lasallistas quienes no solo eran exigentes con el estudio y la disciplina de los estudiantes, también con su rendimiento deportivo.

Un año antes de la finalización del siglo XX, es decir en 1999, las Unidades Tecnológicas de Santander crearon el departamento de Bienestar Universitario y luego de un largo proceso de adecuación y capacitación, se le dio camino a los programas tecnológicos y profesionales universitarios de formación deportiva de las UTS entre los años 2004 y 2005.

En estos programas han brillado deportistas en el judo, taekwondo, microfútbol, fútbol sala, baloncesto, fútbol, entre otras disciplinas y se les brindó una oportunidad a las actividades lúdicas, arte y cultura.

En deportes como el taekwondo se han destacado grandes estudiantes-deportistas.  Adicionalmente, las UTS se han convertido en un animador constante de los Juegos Nacionales Universitarios de ASCUN, en los cuales nuestra querida institución siempre ha brillado con luz propia y se ha convertido no solo en referente permanente de los juegos, también en los rivales a vencer por parte de los equipos y delegaciones participantes.

Por nuestra amada institución han desfilado deportistas de la talla de Jossimar Calvo, un gimnasta de excelsas condiciones, quien ha conquistado el mundo con sus participaciones a nivel internacional.  Todo gracias a nuestro compromiso con el ser humano, quien no solo conlleva su responsabilidad con la parte académica y con sus asignaturas para desarrollar rutinas estudiantiles. También ese mismo estudiante, queda bajo la atenta mirada de un personal especializado en el área deportiva, que busca aprovechar su potencial, para que se destaque en la práctica del deporte de su preferencia.

Es por este motivo que las UTS, pensando a futuro en mejorar con excelencia el bienestar de los estudiantes, ha emprendido la construcción del Centro de Alto Rendimiento, cuya primera piedra para iniciar la obra se colocó el uno de agosto de este año con la presencia y el apoyo de altos funcionarios del gobierno nacional y departamental.

Vamos piedra a piedra, ladrillo a ladrillo, construyendo nuestro futuro.  Gracias a la labor de una comunidad de docentes, personal administrativo y estudiantil que van a tener el privilegio de ser testigos de excepción de una obra que perdurará con el paso de los tiempos y va a brindarle a los deportistas una mejoría sustancial en su rendimiento, para seguir convertidos en una potencia, no solamente educativa, ¡también deportiva!  Gracias Hermano Luciano Andrés, gracias Hermano Gilberto Fabián, Dios y la comunidad uteísta os lo premian.

Con afecto,

Prof. Dr. Sc. Omar Lengerke Pérez

SUEÑOS POSIBLES

En nuestra alma mater, las UTS, reflexionamos sobre lo arriesgado que sería tener una educación que no funcione, que no tenga estructura ni profesionales competitivos (distinto al precio), condición fundamental para cualificar a nuestra sociedad para el desafío de establecernos en un contexto global. En la formación, o mejor como lo referencia el profesor Germán Bula Caraballo, en su disertación “Spinoza, Educación para el cambio”, en el empoderamiento en el proceso educativo, consideramos importante que la investigación, la innovación y la creatividad, sean ejes fundamentales para el desarrollo de una región y de un país. La educación transforma conocimiento en calidad de vida para las personas y da prospectiva hacia la movilidad social en la búsqueda del equilibrio en los seres humanos, para servir a la humanidad.

El objetivo nuestro desde hace siete años, es trabajar para colocar la academia en cada uno de los seres con los cuales convivimos en este planeta y llevarlos de la mano a nuestra institución, para generarles oportunidades y sueños, que hacemos posibles.

El desarrollo de nuestra institución en cada una de las regiones donde estamos al servicio de la comunidad, debe estar presente y atento a las necesidades y vocaciones económicas de esta región, ya que somos seres singulares y nuestra institución es singular. Además de la producción de conocimiento girada en torno a la sociedad y la comunidad, las UTS tienen también importancia para la economía del futuro, apoyada en conceptos de sustentabilidad y sostenibilidad, que conllevan al desarrollo, la preservación del medio ambiente y la inclusión social. Es preciso encarar esa construcción de áreas de saber como un agente transformador de la realidad.

 Las UTS son un icono de nuestro departamento con la misión de forjar grandes profesionales en la economía y en otras tantas áreas de conocimiento. Aquí aprendimos y enseñamos valores como competencia y profesionalismo como un bien común. También es observado que nuestro trabajo de formadores en la experiencia del plano real, tiene mucho que ver con ese relacionamiento virtuoso que algunas veces se establece entre sociedad y academia.

Lo que hagamos, donde quiera que estemos, siempre habrá un camino a seguir: el camino de la vida puede ser el de la libertad y de la belleza, pero nos extraviamos. La codicia, el rencor, el resentimiento, la amargura existencial, el hecho de que no podamos ser felices, de no llegar a ser hombres y mujeres mejores, más serenos y más equilibrados, sino el hecho de haberse convertido en personas amargadas, angustiadas, sin dirección y sin rumbo cierto, y aquí aparece una dolorosa constatación, estas cosas envenenaron nuestra alma y el alma de muchos hombres de nuestros tiempos. Estas cosas levantaron en el mundo las murallas de los odios, de los resentimientos y todo esto nos ha hecho marchar a paso de ganso para la miseria y las muertes y la violencia cada vez más acentuada.

Creamos la época de la velocidad, pero nos sentimos encerrados dentro de ella. La máquina que produce abundancia, nos ha dejado en penuria. Nuestros conocimientos nos hicieron escépticos; nuestra inteligencia, empedernidos y crueles. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que máquinas necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos de afecto y dulzura. Sin esas virtudes, la vida será de violencia y todo será perdido. ¡La vida no es más que un intento!

Muchas veces no recordamos de agradecer y solo reclamamos. Gurumayi una vez dijo: “Cuando nos volvemos gratos, recibimos más, cuando expresamos nuestra gratitud, recibimos aún más”. Esta es la ley de la naturaleza. Los maestros sabios nos enseñan a agradecer tanto las cosas buenas como las cosas malas, comprendiendo que todo sucede para mejorar y que todo sigue en un plano divino. Dios quiere que extraigamos lecciones de las dificultades, que son como esmeriles puliendo y desarrollando las virtudes en nuestro interior.

Pasados tres años, estamos liderando el ranking de las mejores Instituciones tecnológicas del país. Es muy bueno cuando buscamos dar lo mejor de nosotros en todo aquello que nos proponemos hacer, lo mismo que algunas veces, estamos restringidos en nuestra capacidad, pues no podemos ir más allá de nuestros límites. Pero lo más importante es que somos conscientes de nuestra misión en la vida terrenal. Lo escribo con altivez y simplicidad ya que no pretendemos parar: ¡estancarnos, jamás!

Con afecto,

Prof. Dr. Sc. Omar Lengerke Pérez

FE EN LA EDUCACIÓN

Hoy asistimos al comienzo de un nuevo gobierno, a una época de cambio. Sin embargo, Colombia podría seguir estremeciéndose ante la posibilidad de que aumente el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Hoy son casi 600 mil, una cifra muy grande que cuestiona el papel de la educación como mecanismo de inserción económica y de realización personal.

La cultura de los Ni Ni (Ni estudian Ni trabajan), del No Futuro, del lucro fácil y de la trampa ha sido una opción que ha venido creciendo en los últimos años en nuestra sociedad, por lo que muchísimos jóvenes, con grandes talentos, se han extraviado por esos caminos.

Pero igual, o más grave aún, es ver que esta desesperanza está dando paso a que muchos no vean el momento de abandonar el país para nunca más volver. Se estima que, en los últimos años, se han ido más de 600 mil jóvenes, de ellos, aproximadamente 30 mil profesionales.

A todos nos debe preocupar que buena parte de nuestros jóvenes no crean en nuestras instituciones, máxime cuando atravesamos una crisis socioeconómica tras una grave pandemia. Las sociedades se quiebran si no forman con educación de calidad a sus nuevas generaciones y también se quiebran cuando dejan fugar a sus cerebros.

Siempre hemos enfrentado el desafío de dirigir las UNIDADES TECNOLÓGICAS DE SANTANDER, UTS, como debe ser y no nos hemos quedado con los brazos cruzados para enfrentar la realidad de nuestra región. En los países con mayor debilidad institucional la violencia se exacerba. A continuación, voy a parafrasear al historiador Yuval Noah Harari, quien, en su libro De animales a dioses, señala:

“Colombia y Somalia están en el deshonroso lugar de contar con más homicidios en todo el mundo: 9 homicidios al año por cada 100.000 personas. En Europa, el

promedio es de uno al año por cada 100.000 personas”. Tener un pueblo sin educación nunca será honroso y absurdo es que justifiquemos ese estado de cosas. ¡No hay excusa alguna para no brindarles educación de alta calidad a nuestros conciudadanos!

celebro los aires de cambio que recorren todo el país. Recibo con inmensa expectativa esos anuncios de que, en el nuevo cuatrienio, se aumentará el presupuesto para la educación. Cuando asumimos esta administración, en las Unidades Tecnológicas de Santander había 17 mil estudiantes en nuestras aulas. Gracias a un trabajo riguroso y en equipo con las autoridades locales, departamentales y nacionales, logramos aumentar esa cifra a 22 mil estudiantes, abriéndoles nuevos caminos de esperanza a jóvenes vulnerables de los estratos socioeconómicos bajos, con el programa de gratuidad en la educación.

Pero nuestra institución está preparada para mucho más: prospectamos llegar, en un mediano plazo, a 25 mil estudiantes, siempre y cuando contemos con el respaldo del gobierno entrante, liderado por el presidente Gustavo Petro y su ministro de Educación Alejandro Gaviria.

 

Estamos seguros de que el nuevo Gobierno tendrá su mirada en Santander. Aquí, en las UNIDADES TECNOLÓGICAS DE SANTANDER, gustosamente le contaremos cómo hemos construido este modelo de expansión para que se pueda replicar en todo el país y miles de jóvenes puedan realizar el sueño de ingresar a la educación superior y hacer de Colombia un país mucho más productivo.

Detrás de este crecimiento cuantitativo y cualitativo hay un trabajo arduo de profesores, investigadores y dirigencia local y regional, que nos ha permitido abrir nuevos programas profesionales, seis de ellos virtuales, pues la virtualidad nos genera esperanza en la medida en que despierta un gran interés por parte de los jóvenes y es una plataforma flexible para transmitir y construir conocimientos.

En las UTS tenemos fe en la educación; tenemos fe en nuestra Institución; tenemos fe en Bucaramanga; tenemos fe en Santander y tenemos fe en nuestro país.

 

Con afecto,

Prof. Dr. Sc. Omar Lengerke Pérez

EL 1%

Pudimos evidenciar en los últimos tiempos la división, el odio, la polarización, como la llaman algunos, y la crisis de fe en las instituciones colombianas. Es oportuno trabajar de manera conjunta para curar esas heridas que se han ocasionado, porque la falta de confianza en nuestra sociedad ha sido un impedimento fundamental para la aprobación de planes que buscan el desarrollo de las instituciones y el país.

No obstante, encuentro en medio de esta desesperanza que solo es posible reconstruir la confianza y la credibilidad de la sociedad, si desarrollamos procesos justos, pensando en el servicio y la equidad del ser humano, siempre y cuando haya prelación en el principio del interés general sobre el particular, como condición para que exista un Estado democrático, social y de derecho.

 Es la hora para que los jóvenes avancen y el momento para que guíen sus ideas de manera responsable pensando siempre en el otro, es decir, en función de servir a los demás. Esta generación debe, más que cualquier otra, responder a las siguientes preguntas por el momento en que vivimos ¿quiénes somos nosotros?, ¿en qué nos apoyamos?, ¿en qué creemos? y ¿quiénes seremos?

Los jóvenes deben hacer la diferencia, ustedes están en la obligación de ayudar a que nuestro país crezca enfrentando los grandes desafíos que vivimos. Como dice el Profesor José Eben en su libro ‘Los Albores y el futuro de la humanidad’, “en cualquier época de la historia en que nos detengamos, encontraremos que nunca han estado todos los pueblos al mismo nivel de cultura, asimismo nos lleva a imaginar, cómo sería el hombre del siglo mil (año 100.000)”.

Hoy existe un mensaje que espero recuerden, no es hora de quedarnos al margen, a la orilla, necesitamos que todos nos involucremos en cada uno de los procesos de nuestra sociedad, de la vida nacional y del mundo. Debemos pensar en una economía que incluya un ecosistema de innovación, que permita conseguir el bienestar y la libertad de cada uno de los que hacemos parte de esta humanidad.

Tenemos esperanza en esta generación, por eso se debe caracterizar en: ser la más generosa, tolerante, educada y leída de toda la historia de nuestro país. De esta manera podremos mantener la fe y traerla de regreso con una función específica en este mundo, crear una armonía aplicable a reacciones y cambios, producto de las contingencias del medio ambiente.

Hoy la inequidad es superior a la de cualquier época de la historia, el mundo es de pocas oportunidades para los ciudadanos, entre otras cosas, por una mala distribución de la riqueza, como lo escribe el profesor y premio Nobel de Economía en 2001 Joseph Stiglitz en su libro ‘Capitalismo progresista: la respuesta a la era del malestar’, vivimos en una “democracia del 1%, por el 1% y para el 1%”.

Hemos olvidado que la verdadera riqueza de una nación está en la creación, en la creatividad y productividad de la gente que constituye un estado y en las interacciones entre sus habitantes, en un mundo complejo debido a su diversidad que reclama equidad. Por eso se hace evidente que reconozcamos las diferencias entre la riqueza de las naciones y la de los individuos.

 En las UTS fomentamos cada vez más la investigación para abrir espacios a ideas e inversiones en infraestructura, tecnología y ciencia. Allí es donde está la verdadera fuente de riqueza de nuestra institución y, por ende, la clave para aumentar nuestra productividad, y el cambio de vida de nuestra comunidad, en el conocimiento, el aprendizaje y el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

Así es como entendemos que en el centro de nuestra institución están el conocimiento y la innovación, a partir de una investigación básica que, sin duda, debe ser un bien que nos beneficie a todos para contribuir, desde la academia, con el desarrollo de nuestras comunidades orientada hacia el objetivo de alcanzar la soñada sociedad del conocimiento, con equidad y en un Estado democrático.

Con afecto,

Prof. Dr. Sc. Omar Lengerke Pérez

EN LAS UTS ¡LO HACEMOS POSIBLE!

Es extraordinario ver la manera como hemos crecido. Hasta hace siete años nuestra familia uteísta contaba con equipos tecnológicos obsoletos e infraestructura física arcaica que no ofrecía las condiciones adecuadas, para brindar procesos de formación pertinentes a una institución de educación superior.

El desafío no era fácil, sin embargo, creímos que se podía construir un nuevo proyecto institucional y fue así, con una nueva visión, que las UTS lograron transformarse y crecieron a tal punto que hoy sus más de 22.000 estudiantes, reciben clases en sus propias instalaciones en Bucaramanga y no en aulas de colegios aledaños como otrora.

En este momento, somos la institución de educación superior con más estudiantes en Santander, porque confían en la UTS para cumplir el sueño de ser profesionales. Por esa razón, nuestra institución orienta todos sus esfuerzos hacia la inversión en tecnología y construcción de ambientes para la enseñanza y el aprendizaje en los actuales y nuevos programas académicos como Ingeniería en Energías y pronto esperamos que estén aprobados Ingeniería Civil e Ingeniería Agroforestal.

Así, hoy después de siete años, las UTS cuentan con cuatro nuevos edificios en el Campus Bucaramanga, que incluyen más de 200 aulas de clase, laboratorios y equipos con tecnología avanzada para investigación, áreas de bienestar institucional, entre otras, que se suman a la modernización de todos los espacios del edificio C y a la construcción de las nuevas sedes en los campus de Barrancabermeja, Piedecuesta y Vélez.

Así es nuestra visión, por eso las Unidades Tecnológicas de Santander crecen, y no solo en su infraestructura, también en cifras que demuestran porqué son la mejor institución de educación tecnológica del país, gracias a sus resultados en proyectos y programas que impulsan la investigación y la trasformación social.

Algunos de estos logros ubican a las UTS como la cuarta del país y la primera en Santander en indicadores de desarrollo tecnológico e innovación según el DTI-Sapiens. Asimismo, el Ministerio de Educación nos destaca como ejemplo de buenas prácticas en innovación educativa y transformación digital.

También es un orgullo el inicio de la Acreditación en Alta Calidad de nuestros programas por parte del Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de Acreditación, así como el más reciente resultado que ubica a las UTS como la mejor institución tecnológica del país en las pruebas Saber TyT 2021, exámenes del ICFES que evidencian la calidad académica de nuestros estudiantes.

Estamos haciendo historia, son 58 años de experiencia formando y transformando el futuro de Santander. Crecemos con calidad y con gratuidad, brindamos nuevas oportunidades a los hijos de esta región y a sus familias, por eso el 97% de nuestros 22.068 jóvenes recibieron beca para el pago completo de su matrícula.

Me siento muy feliz de ser parte de la familia Uteísta, de estar rodeado de colaboradores creativos, apasionados e inspiradores que han creído en un proyecto de vida institucional que hoy, después de 7 años, podemos decir con verdadero orgullo que en las Unidades Tecnológicas de Santander ¡Lo hacemos posible!

 Con afecto,

Prof. Dr. Sc. Omar Lengerke Pérez

LA COMPRESIÓN HUMANA Y EL SUEÑO UTEÍSTA

Lo dijo Mohammed bin Rashid Al Maktoum, primer ministro de los Emiratos Árabes Unidos, en su libro Mi Historia, “Trabaja con sinceridad y pronto Dios y los fieles observarán tus esfuerzos”. Con esta frase inicio una amplia reflexión sobre la compresión humana, una cualidad que sale a relucir en tiempos de crisis y revela nuestro verdadero carácter.

Nos encontramos en un mundo cada vez más complejo que nos advierte nuevos desafíos, que demandan una reflexión sobre las decisiones que tomamos todos los días para vivir y convivir de forma sostenible y ayudar a construir una mejor sociedad. Esto nos dice las Naciones Unidades y por eso debemos ser más sensatos sobre lo que estamos haciendo con la naturaleza.

En una frase, Rodolfo Llinás menciona que gran parte del problema está en la forma como se está educando a los jóvenes desde la niñez, al afirmar que “la escuela enseña la ubicación de los ríos y jamás explica la importancia del agua. Somos un baúl completo de contenidos, pero vacío de contexto y de ahí la dificultad para aplicar el conocimiento a la realidad”.

En otras palabras, es muy importante enseñar a los jóvenes a comprender y tener consciencia de la realidad y cómo se puede identificar en ella, para desarrollar a través del conocimiento, alternativas creativas e innovadoras que le permitan enfrentar desafíos, resolver problemas y transformar las condiciones humanas desde distintos contextos de su naturaleza.

Al respecto el filósofo y sociólogo francés Edgar Morin considera que existe una “misión espiritual de la educación”, en la que argumenta que “educar para comprender cualquier disciplina es una cosa, y para la compresión humana es otra” y agrega que es necesario “enseñar la compresión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”.

Bajo esta premisa, podríamos vivir de forma sostenible y ayudar a construir una mejor sociedad para todos. Pero, para eso hay que fijarse en cómo vivimos y comprender las repercusiones que tienen nuestras decisiones en el mundo de la vida en un entorno que experimenta cambios de manera diaria, por eso debemos comprender el impacto que podrá generar cada decisión que tomemos.

Decisiones que se materializan a partir de los sueños que todos tenemos y como lo dijo Robin Sharma “para liberar el potencial de tu mente, cuerpo y alma, primero debes expandir tu imaginación. Las cosas siempre son creadas dos veces: primero en el taller de la mente y luego en la realidad”. Con este razonamiento estamos haciendo que las cosas sean posibles en las UTS.

De allí que, como está establecido en el PEI de nuestra institución, la comprensión en la formación de nuestros estudiantes es fundamental en la estrategia de aprendizaje junto a otros elementos como la observación, el análisis, la interpretación y la valoración de la realidad inmediata y global, un propósito que requiere de una práctica pedagógica humana.

En las UTS creemos en la compresión como una oportunidad para que nuestros estudiantes entiendan cuál es el verdadero sentido de la formación que reciben, potenciando el desarrollo de sus habilidades y el pensamiento para elaborar argumentos y diseñar acciones que contribuyan con el mejoramiento de la calidad de vida individual y colectiva. Así estamos humanizando la educación.

Con afecto,

Dr. Sc. Omar Lengerke Pérez Rector

LA FORMACIÓN EN LAS UTS

Mientras observaba noticias sobre la evolución de la pandemia, después de aproximadamente 700 días desde que obtuvimos algún tipo de información de Wuhan y con el pasar de las diferentes mutaciones o variantes del virus (cerca de 11 variantes a este instante, identificadas con el alfabeto griego), quise reflexionar sobre la clasificación de los individuos-especie-sociedad, un tema que tuve la oportunidad de leer en el libro clásico de Aldous Huxley, Un Mundo Feliz, en el que llama Alfa, Beta, Gamma, Delta y Épsilon a los primeros individuos, desde los más inteligentes, altos y guapos, hasta los bajos, tontos y feos.

Sin embargo, en ese mundo imaginario, todos son felices, no hay guerras, no hay hambre, no hay envidias, tampoco familia, ni otras cosas, y donde convivir era lo fundamental gracias al “medicamento” de la felicidad (soma) que lograba, cuando esto era necesario, que las personas olvidaran sus problemas, se tranquilizaran y evadieran su realidad. Tal vez muchos medicamentos como este los tenemos a diario en otras presentaciones. Como reflexiona el español Octavi Fullat, en su libro Filosofía de la Educación, en el que expresa, “la naturaleza sola no le sirve al ser humano para ser precisamente hombre, siempre queda perplejo, irresoluto, turbado y menoscabo”.

Esto mismo nos lleva a mirar hacia el futuro, incertidumbres y prohibiciones que hacen que exista el hombre y nos encamina a resolver preguntas como ¿qué va a ser de mí? y ¿qué voy a hacer de mí? y que sus respuestas estén orientadas a diseñar la moral. Lo imprevisible es una característica de nuestro mundo. En palabras de Edgar Morin, “la sociedad humana deberá transformarse, la democracia, la equidad y la justicia social, la paz y la armonía con nuestro entorno natural deben ser las palabras claves de este mundo en devenir”.

Es por ello, que nuestra formación, como institución de educación superior, y de acuerdo a su tipología tecnológica, nos lleva a comprender su terminología a partir del concepto de la técnica, como lo expresa el Profesor José María Mautino en su libro Didáctica de la Educación Tecnológica, “si se quiere que la educación llamada general llegue a serlo verdaderamente, es indispensable desarrollar la educación tecnológica, donde su propósito se centra en comprender, analizar y experimentar el mundo tecnológico”.

Es así como la técnica, es indudablemente una aliada del hombre, que le debe servir ya que comprende un enfoque mucho más amplio que las técnicas porque trabaja en el cómo hacer, mientras la tecnología incluye también el por qué, el para qué, el dónde y el cuándo se produce un determinado producto tecnológico. Por otra parte, la técnica hace, en cambio la tecnología hace y reflexiona, es decir, la tecnología integra el saber hacer con el hacer para saber.

El mismo Octavi Fullat también describe la técnica como un saber hacer, un saber hacer otro mundo, un saber para cambiarlo y reconoce que la ciencia depende de la técnica, y esta depende de ella. La ciencia es una modalidad de saber, es un modo de investigar, es decir, de obtener respuestas a preguntas dadas.

 De esta manera, quedamos abiertos al objetivo de la realización personal de nuestras vidas, a nuestra formación, al concepto de Bildung, que surgió en Alemania y que Rebekka Horlacher lo referencia como lo que queda después de que uno olvida todo lo aprendido, que solo a través del desarrollo de este recurso cultural, se hará posible el crecimiento y, por ende, el bienestar de la sociedad.

En este concepto al profesor le toca el papel de multiplicador, animado por este espíritu, orientando hacia los contenidos de la enseñanza y despertando en sus estudiantes el espíritu que los convertirá en parte del movimiento hacia la totalidad del pueblo.

 Es así que iniciamos nuestro MMXXII, año del tigre según el horóscopo chino, que estará enmarcado por una renovación que solo será posible a través de la educación, integrando a la personalidad del educando y beneficiando a todos, para así llegar a su perfeccionamiento interior, es decir a una transformación de inicio a fin.

Con afecto,

Prof. Dr. Sc. Omar Lengerke Pérez

EL MÉRITO DE LOS JUSTOS

Desde hace dos años llevamos una vida atípica, enfrentando situaciones difíciles que nos llevaron a cambiar nuestras formas de ser de manera radical como producto de la emergencia sanitaria, que nos invadió en algún momento de incertidumbre y miedo; sensaciones que provocaron un impulso en nosotros para demostrar que somos seres resilientes y que podemos vencer los obstáculos.

Entendimos que somos frágiles y que estamos en una sociedad que no es perfecta y que por el contrario tiene dificultades que merecen soluciones. Por esa razón también aprendimos el verdadero valor del amor, y logramos obtener nuevos conocimientos gracias a la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación, porque estamos seguros que a través de la meritocracia podemos construir un mundo mejor.

 En este sentido, afirma Michael J. Sandel, autor de La Tiranía del Mérito, el problema no solo es que no podamos estar a la altura del principio meritocrático, porque este también tiene fallas y su lado oscuro está en que puede corroer el bien común. Además, conduce a la arrogancia entre los ganadores y los humillados que, según los primeros, se consideran como perdedores porque no están en igualdad de condiciones.

También Sandel hace énfasis en lo que reflejan las posiciones sociales y cómo el sistema premia el talento y el trabajo, anima a los ganadores a considerar que su éxito ha sido obra suya como un indicador de su virtud, y a mirar con condescendencia a quienes no han sido tan afortunados como ellos, porque no todos tienen las mismas oportunidades para sobresalir en una sociedad en donde prevalece la desigualdad.

Asimismo, el profesor Michael J. Sandel, en su crítica presenta la petulante convicción de los de arriba, quienes dicen “merecer el destino que les ha tocado en suerte y que los de abajo también obtengan lo suyo”, sin duda, esta actitud es el complemento moral de la política tecnocrática. Por esa razón, cuando se tiene presente el carácter contingente de nuestra situación en la vida se genera una cierta “humildad”.

Por su parte, Martin Luther King, defensor de los derechos de los ciudadanos, expone un lado más humano, al vincular la dignidad de los recogedores de basura con la contribución que ellos le brindan al bien común, tanto, como la de los médicos, que por su labor social también evitan la propagación de enfermedades por diferentes medios. Esto significa que todos los trabajos dignifican al hombre y favorecen el equilibrio en el ecosistema de la vida.

Es por esto que no podemos seguir generando divisiones en una sociedad, que se requiere de unidad y humildad; es necesario dejar atrás la estratificación que genera inequidad. La meritocracia debe hacerse efectiva y contribuir al bien común, con cambios no solo en el desarrollo económico de un país, también en el aspecto humano desde lo moral y espiritual, esa será la única manera de alcanzar la transformación y la movilidad social.

De esta manera, mi invitación a toda la comunidad uteísta es para que valoremos la transformación que estamos viviendo en nuestra institución y analicemos si todo lo que hacemos guarda lógica con lo que creemos que nos merecemos. Esperamos tener buenas notas, un trabajo digno bien remunerado, una vida cómoda y tranquila ¿pero a qué precio? El de asumir una vida sin soberbia y egolatría, sino con empatía y generosidad.

Con aprecio,

Prof. Dr. Sc. OMAR LENGERKE PÉREZ

EDUCACIÓN SOLIDARIA

Quienes hemos tenido la oportunidad de estudiar veíamos a nuestros padres apilando sueños y proyectos y uno de ellos abrigaba la esperanza de vernos estudiando. El simple hecho de imaginarlo les producía una sonrisa y era motivo para darnos palabras de motivación, porque ellos también querían abrazar ese anhelo y a su juicio la educación era lo más valioso que nos podían entregar.

Estudiar es una opción y una oportunidad en la vida, y solo los que mejor se preparen podrán ser competitivos en una sociedad que cada vez es más exigente, porque se requieren más profesionales innovadores, investigadores y que generen nuevos conocimientos para enfrentar los desafíos que la humanidad experimenta de manera diaria, un ejemplo es la crisis económica y social que vivimos producto de la pandemia.

Podemos afirmar que la pandemia nos enseñó el lado oscuro de las cosas y nos llevó al límite, sin embargo, muchos encontramos en la resiliencia una oportunidad para enfrentar como sociedad esta guerra que nos ha entregado muchas enseñanzas y por esa razón no podemos desfallecer, así creamos que nuestra fragilidad estaba olvidada y la precariedad estaba oculta.

El estudio no es una opción es un derecho fundamental y debe estar orientado hacia el bien común, entonces surge la pregunta ¿qué estamos haciendo con ese conocimiento? Carl Sagan afirmaba que “saber mucho no es lo mismo que ser inteligente. La inteligencia no es solo información también es juicio para manejarla”, es por eso que la formación siempre debe ser inculcada de adentro hacia afuera, observando el contexto.

Por eso, como profesionales debemos trabajar en comunidad para lograr un crecimiento de la economía, de las necesidades esenciales como los servicios públicos, la salud, la educación, las energías verdes, la agricultura tradicional y agroecológica, la construcción de vivienda, entre otras condiciones que permitan la revitalización de los pueblos y la transformación social de sus habitantes.

Aspectos como la generosidad y la compasión son muy importantes dentro del orden mundial. Como lo describe Edgar Morín en su libro Cambiemos de Vía, las nuevas vías deben estar enfocadas en una nueva político-ecológica-económica-social y orientadas a través de: una política de la nación, una política de la civilización, una política de la humanidad, una política de la tierra y un humanismo regenerado.

En ese sentido debemos buscar alternativas que nos permitan, a través de nuestra labor como profesionales, aportar a la solución de las necesidades que vive la humanidad y disminuir las brechas que nos dividen, más aún cuando vemos que los resultados del Índice de Movilidad Social del Foro Económico Mundial en 2020 no son alentadores porque ubican a Colombia en el puesto 65 de 82 evaluados.

Al respecto, la revista Forbes señala en su artículo “Movilidad social, una materia pendiente”, que en Colombia una familia pobre debe trabajar durante 12 generaciones para subir su condición socioeconómica, según el cálculo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2018, casi tres veces el tiempo promedio que necesitan los demás países de la organización.

Además, la publicación señala que en Colombia se deben crear nuevas políticas que permitan mejorar los tres índices de movilidad social global que establece el Foro Económico Mundial, estos son: acceso a la educación, equidad y calidad y aprendizaje a lo largo de la vida, factores que sin duda repercuten en el desarrollo y crecimiento de nuestro país desde lo político, económico y social.

En las Unidades Tecnológicas de Santander el principio de igualdad es nuestra razón para que cada vez nuestra institución abrigue a más jóvenes en situación de vulnerabilidad, víctimas del conflicto armado, con algún tipo de discapacidad, de distintas etnias, migrantes, desplazados, comunidad LGTBIQ+, entre otras poblaciones que encuentran en las UTS la oportunidad de recibir formación integral de alta calidad.

Es por esto que nos complace saber que hoy, con ayuda del Gobierno Nacional, la Gobernación de Santander, alcaldías y con recursos propios, hemos logrado que el 97% de nuestros más de 22.000 estudiantes se formen de manera gratuita en nuestra Institución. Este es un gran paso hacia la movilidad social que necesitamos para que los jóvenes transiten hacia una mejor calidad de vida.

Con aprecio,

Prof. Dr. Sc. OMAR LENGERKE PÉREZ

ES VERDAD

En la escultura ubicada en el parque La Triada uno de sus tres signos mágicos es la “verdad”, un concepto que Paramahansa Yogananda (Yo-Mukunda Lal Gosh) describe bien y en una sola frase como “La verdad no es ni mía ni tuya, para que pueda ser tuya y mía” que es escrita en su libro Autobiografía de un Yogui, uno de los textos preferidos por Steve Jobs. En ese escenario podemos afirmar: que la mente funciona como laboratorio de nuestro ser donde descubrimos las leyes de la verdad. De ahí su trascendencia para la salud y desarrollo, en todo instante, porque nadie le puede quitar a un ser lo que hay en su mente.

En nuestra vida laboral es importante ser conscientes que nuestro lugar de trabajo fue creado para cada uno de nosotros, y no es lo contrario. Es por eso, que debemos disfrutar cada día haciendo las cosas que más nos gustan y en el lugar preciso, haciendo de ellos un objetivo de nuestro proyecto de vida, creyendo que lo que cada uno merece recibirá del universo por la debida retribución. En ese sentido, es fundamental aplicar por estos tiempos la paciencia, una de las leyes no escritas, que son la base fundamental de las relaciones y la vida para disfrutar el entorno, y hacer posible nuestra labor en la que nos encaminamos para ser y existir en este universo.

En las instalaciones de las UTS en Bucaramanga, en los últimos tiempos descubrimos diversos espacios que representan nuestra existencia, uno de ellos es el parque La Triada, un lugar que exhibe cada día la vida misma a través del brote de las plantas que forman figuras y que representan el conocimiento científico, que tampoco crecería si no está el amor. Así, todos los días disfrutamos de los esplendores artísticos de este lugar, creado por el hombre con la magia de Dios, que se evidencia en una belleza particular que sobrepasa los límites de la imaginación.

 Pero ese esplendor en nuestras vidas podría estar amenazado, no olvidemos que existen seres que tratan de ser más altos y van por la vida cortando cabezas y ramas producto de la ausencia de tolerancia y la falta de paciencia que se allana en la oscuridad. Sin embargo, no podemos desaparecer la oscuridad, pero sí podemos decidir encender la luz para encontrar la verdad que le dará sentido a lo que hacemos desde nuestro lugar de trabajo o estudio en nuestra alma máter, y solo así podremos tomar el camino hacia la felicidad para contrarrestar esos momentos de impotencia y fragilidad cuando los sueños parecen truncarse.

Finalmente, hago un llamado a toda la comunidad académica a reconocer, que no hay poder en el mundo que pueda impedirnos que nos demos cuenta que nuestra amada institución, las Unidades Tecnológicas de Santander, ha formado de manera integral grandes profesionales, seres humanos buenos y libres. Cada momento que avanzamos representa una elección y cuando tenemos opciones y decidimos, estamos viviendo en búsqueda de la verdad.

 

Con aprecio,

Prof. Dr. Sc. OMAR LENGERKE PÉREZ

EN LAS UTS LA GRATUIDAD EN LA EDUCACIÓN ¡ES POSIBLE!

Las instituciones de educación técnicas, tecnológicas y universitarias son una oportunidad para muchos jóvenes que buscan nuevas posibilidades para mejorar su calidad de vida y las de sus familias, gracias al conocimiento especializado que adquieren y ponen al servicio de la humanidad para el desarrollo y crecimiento de todos los sectores de la sociedad.

Esta circunstancia significa un gran reto para nosotros, a esto se refiere nuestro lema ¡Lo hacemos posible! que se convierte en un principio porque es justamente lo que queremos, brindar educación de alta calidad a miles de jóvenes que ingresan a las Unidades Tecnológicas de Santander con ese sueño de graduarse como profesionales y por eso confían su futuro en esta Institución.

Evidencia de ello son los más de 20.000 estudiantes matriculados este segundo semestre, 4.500 nuevos, a todos les damos una cordial bienvenida y esperamos que a partir de este momento inicien su proceso de formación integral que ofrecen las UTS acompañados por los docentes para desarrollar competencias que les permitirán crecer tanto en su vida personal como profesional.

La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social, así lo establece la Constitución Política de Colombia en su artículo 67. No obstante, para cumplir de manera real y a cabalidad con este postulado era importante abrir posibilidades que permitieran brindar educación gratuita a nuestros miles de jóvenes en las UTS y con esto garantizar este derecho. Para ello, en las Unidades Tecnológicas de Santander durante los últimos años también nos hemos propuesto este desafío, gestionar los recursos que nos han permitido ofrecer subsidios económicos para posibilitar que ese sueño de miles de jóvenes se cumpla y es por eso que hoy celebramos con mucho orgullo que más del 95% de nuestros estudiantes estén disfrutando de una beca.

Por su puesto, además de recursos propios, este empeño ha sido posible gracias a la gestión que realizamos con la comunión y colaboración del Gobierno Nacional, la Gobernación de Santander, las alcaldías y a diversas empresas que han financiado la matrícula de todos los semestres de nuestros estudiantes, que hacen parte de los distintos programas técnicos, tecnológicos y profesionales.

Me siento feliz porque hoy también estoy logrando cumplir uno de mis sueños como Rector, y es el de ayudar a cumplir ese derecho sobre la gratuidad en la educación que se merecen nuestros estudiantes de las UTS, la meta del cien por ciento está cerca y así debemos seguir trabajando a través de la concertación y el diálogo que sin duda nos llevarán a construir un mejor país.

Decía Nelson Mandela, y se menciona en el libro publicado en su honor titulado Cartas desde la prisión donde se relata el deseo de cumplir con el sueño de graduarse como abogado, una de sus frases más célebres “la educación es el arma más poderosa que se puede tener para cambiar el mundo”. Por ello, los invito para que todos los días avancemos en esa batalla desde las aulas de clase, esta es la única manera de enfrentar la ignorancia, la crisis económica y la violencia, por esa razón son ustedes, los jóvenes, los llamados a defender nuestra sociedad con conocimiento, experiencia y actitud.

Con aprecio,

Prof. Dr. Sc. OMAR LENGERKE PÉREZ

EFECTOS DEL ANUMERISMO

Hace algunos años tuve la oportunidad de leer un libro fantástico titulado “Amor y Matemáticas” del Prof. Edward Frenkel, donde relata parte de su vida y la forma cómo desarrolla la matemática desde diferentes puntos de vista, de manera especial en los conceptos de la simetría de las cosas, señalando interrogantes reflexivos, un ejemplo que pareciera sencillo, ¿cuál geometría tiene más simetría, una mesa redonda o una cuadrada?

Es desde diversos contextos, a partir de las matemáticas y si todos tuviésemos la capacidad para hacer algunas armonizaciones, estimaciones, reflexiones y cálculos sencillos, se podrían entender y lograr muchas conclusiones obvias y evitar desinformaciones por no comprender a partir de analogías y cálculos básicos, el entender lo que sucede en nuestro universo.

Diversos matemáticos como Martin Gardner, George Polya, entre otros, y en particular John Allen Paulos, que nos orienta en su libro que titula “El Hombre Anumérico”, a preocuparnos por las consecuencias que implican el analfabetismo matemático y la incapacidad de manejar cómodamente los conceptos y relaciones fundamentales de número y azar.

En esta prevención o quehacer de gran importancia y atención en la educación es donde las personas tienen dificultades cuando se tiene un analfabetismo matemático y por efecto se exteriorizan complicaciones y confusiones, por ejemplo, en la representación de los números: 10n , representa un 1 seguido de N ceros, de lo cual se infiere que 106, corresponde a un 1 seguido de 6 ceros, que conocemos como un millón o 1.000.000, para exponentes enteros negativos, 10-3, se relaciona con 1 dividido entre 1.000 o una milésima.

No obstante, cuando se reflexiona acerca del resultado de 1 dividido entre 0, las dudas empiezan a fluir y emergen los paradigmas sobre el conocimiento elemental de la matemática, o como el mismo Arquímedes, que calculó el número de granos de arena (El contador de arena es una notable obra en la cual Arquímedes propone un sistema numérico capaz de expresar números hasta 8 × 1063. Afirma que éste es un número suficientemente grande como para calcular la cantidad de granos de arena que podrían caber en el Universo) necesarios para llenar la tierra y los cielos (1054 granos de arena), cálculo donde se utiliza el número pi (π) y, en este mismo sentido demostrativo señalar que se utiliza para expresar que el año tiene cerca de 107 x π segundo y, a su vez es significativo por sentido de pertenencia decir, que se descubre en el símbolo del pórtico de la entrada de nuestra institución.

Consecuentemente, a manera de ejercicio cabe dimensionar que un millón de segundos corresponden a 11 días y medio, es decir que una persona que ha pasado mil millones (109 : una giga) de segundo, ha vivido cerca de 32 años de vida; un cálculo similar respondería a la pregunta ¿1 billón de segundos, a cuántos años de vida corresponden?

Entre otras situaciones, la curiosidad de los números es algo que cada día sorprende, recuerdo en una reunión, cuando se mencionaba los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3 en nuestro país. Haciendo una reflexión matemática, podemos recordar y correlacionar que el 1, 2 y 3 hacen parte de los agujeros negros numéricos, en relaciones de números pares, impares y el total de sus números. Con base en lo escrito podríamos preguntarnos ¿Será que los agujeros negros que tanto estudió Stephen Hawking, guarda algún tipo de relación con la categorización de estos tres estratos sociales, o como muchas cosas de nuestra vida son coincidencias de los números? Otra referenciación de los agujeros negros con el Universo está asociada con una aproximación, admitiendo de forma esférica, la simetría espacio temporal del Universo sería una esfera de 40 mil millones de años luz de diámetro, ¿años luz?

Pero más allá de comprender las matemáticas, es invitar a realizar diversas estadísticas, números y cantidades que hacen parte de nuestro entorno y debemos siempre tenerlos como referencia para tener certeza de lo que está sucediendo y no siempre utilizar el mundo digital como mecanismo de consulta, un ejemplo ilustrativo, que recrea este ambiente correlacional de múltiples variables, hace referencia a una secuencia de números; inicia así: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21…, cada número se obtiene sumando los dos anteriores, esta sucesión la descubrió Eduard Punset y afirmó que “están entre los favoritos de la naturaleza, porque los hallamos por donde quiera en el mundo natural…” Por lo tanto, la correlacionalidad debe ser parte de nuestro análisis y comprensión de datos de referencia, debe estar al inicio de cada lectura e interpretación. Verbigracia, es el caso, cuando las personas hablan en el contexto de todo el mundo, es importante señalar que en el mundo existen cerca de 7.000.000.000 (7 x 109 ) de habitantes y que el país más poblado es China con cerca de 1.400 millones de habitantes (1/5 de la población mundial son chinos), India con 1.300 millones de habitantes y Colombia con 50 millones (0,7 por ciento de la población mundial). Por citar un ejemplo, el número de muertos por el tabaco en Colombia es equivalente aproximadamente a dos buses accidentándose trágicamente todos los días, más de 30 mil colombianos al año. El número de muertos que a la fecha ha dejado la pandemia, es equivalente aproximadamente cuatro veces la capacidad del estadio Alfonso López de Bucaramanga.

Una situación trascendente que colige de los momentos de emergencia de salud pública global, es consubstancial con el trabajo de difusión de las diferentes noticias, se hace necesario una fase de sensibilización positiva hacia los números que se generan a través de las diferentes fuentes y su real impacto en lo que está sucediendo (contagios, muertes, entre otros) y tener la certeza que está entendiendo con sensatez y no conjeturas o conclusiones que muestran un desconocimiento o un analfabetismo matemático.

Con aprecio,

Prof. Dr. Sc. OMAR LENGERKE PÉREZ